Voló en verano la hoja de un fresno,
buscando refugio entre la hojarazca seca,
la cual reposaba sobre la tierra húmeda
de la fresca lluvia que rocío en el alba.
Posose sobre las hojas muertas,
secas y húmedas, cubiertas de lodo,
llenas de fango, hongos, moo,
podridas y rancias, ahí cayó.
Una semilla llegó extraviada,
deseando abrigo, calor y amor,
rondando de lejos termino exahusta
en la nueva hoja que ahí llegó.
El fresno conmovido con tal compasión
acurrucó con cariño a la viajera que llegó,
no hubo viento fuerte que los separara
ni cruel lluvia que del suelo los arrancará.
Pasaron semanas pereciendo la hoja
y bajo la inercia vida germinó,
brotando una planta a finales de otoño
alegrando la tierra de donde brotó.
Llegando noviembre el Cempoal floreció
agradecido por el abrigo que una hoja
en un dia de viento y lluvia,
con su último aliento protegió.
lunes, 26 de julio de 2010
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