Hurgando en mi cajón te encontré,
vieja carta cuyo remitente ha
marchado,
hacia otros horizontes, un
nuevo mundo,
dejando un dolor en mi pecho
marchitado.
Se fué sin decir adiós,
mas en su contenido guarda el
aroma
de un fallido amor, añejo por
el tiempo,
conservado en tinta y papel.
Cuanto te recuerdo y te
maldigo,
vieja carta arrumbada en lo
profundo,
atestada de caricias vanas,
sueños rotos,
palabras huecas y besos
muertos.
Enciendo la vela, y como
mariposa de luz
te acerco, se prenden tus alas,
asi se queman sus palabras
profanas
y en el viento de mi mente te
evaporas.
Al fin te olvido, mariposa en
cenizas...
en el fuego tu amor etéreo se
hizo humo,
ahora descansas en paz, en el
infinito
rincón de los recuerdos vanos
del mundo.